COLUMNAS

miércoles, 3 de octubre de 2018

El FRACKING





Es una técnica que permite mejorar la extracción de gas y de petróleo del subsuelo. Para ello, se inyecta a presión algún material en ese suelo, de modo que las fracturas que ya existen en las rocas del interior de la tierra aumenten y liberen el gas o el petróleo, que saldrá hacia el exterior. Lo que se inyecta, normalmente, es agua con arena, aunque también se puede usar algún tipo de espuma o gases.


En Estados Unidos, se ha usado mucho y ha sido cuestionado por diversos estudios, que señalan, no sólo su impacto medioambiental, sino también el peligro que supone para la salud.
El sistema utiliza varios miles de litros de agua que, además, se mezclan con productos químicos y arena. Ese compuesto se inyecta a alta presión en los yacimientos encerrados en la roca densa del subsuelo y liberar el gas natural. Esos compuestos químicos, que rompen o diluyen la roca, contaminan el terreno y los acuíferos subterráneos. 

Varios estudios científicos lo confirman (uno elaborado por investigadores de la Universidad de Duke, otro realizado por la Universidad de Cornell). Además de la contaminación, el fracking produce gases de efecto invernadero, sobre todo, metano, más dañino para el cambio climático que el CO2.

Por último, se utilizan sustancias tóxicas como el benceno, el plomo y otros productos químicos que han sido catalogados como cancerígenos.


Ecologiaverde.com


Como reflexión, es de vital importancia como sociedad en conjunto, indagar, velar, discutir y lograr evitar al máximo que entidades del gobierno y particulares planeen y ejecuten este tipo de prácticas. 
Es determinante impulsar proyectos queconlleven a proteger nuestras áreas más vulnerables. 
Fundamental escuchar y apoyar a grupos civiles, en especial a aquellos que se encuentran en zonas remotas de nuestros países que son activistas en contra del fracking.

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